Reflexionando en hechos recientes relativos al problema hoy conocido como “huachicoleo” en el que también participamos todos, sí todos, algunos actores de esta escena somos afectados desde diferentes perspectivas y momentos, pero es un problema que nos involucra y que no podemos dejar de observar, que aunque la actual administración ha puesto especial énfasis en combatirlo y erradicarlo, tiene raíces profundas, antiguas y trastoca intereses a todos los niveles de la administración, extendiéndose a las esferas de poder y de control a los más altos niveles, que ha encontrado en las alianzas con el mismo crimen organizado una manera en detrimento de todos los mexicanos, de hacerse de riqueza, lo que probablemente no estamos viendo en toda esta ecuación es que como ciudadanos mexicanos tenemos una alta responsabilidad, sí, no dejemos de ver que necesitamos además de hacer conciencia que la corrupción resulta un cáncer que carcome hasta la más notable institución, lo cierto es que no podemos culpar eternamente a otros por nuestras acciones y en la medida en que como ciudadanos desde nuestra trinchera fortalezcamos los mas básicos principios y regresemos a lo esencial e importante de la convivencia en sociedad, que resulta ser el fomento a los valores, impulso diario a hacer lo correcto aun cuando en nuestro entorno no parezca que es lo mas conveniente; esa es la real manera de combatir el mal que aqueja a nuestra sociedad mexicana, en la medida en que la que no solo nos volvamos los más duros críticos de la escena política y económica de nuestro país, sino que participemos activamente en volvernos esos vigilantes objetivos, congruentes y hasta valientes defensores de los valores de honestidad y transparencia no fomentando en nuestra actividad diaria lo que tanto ha lacerado a nuestro hogar , México.
No dejemos en manos de otros nuestro presente, no dejemos de ser valientes, México nos necesita, necesita ciudadanos comprometidos consigo mismos pero también como ente social que aporte y sume a la vida de nuestro país, no olvidemos que México es un país que a lo largo de la historia ha tenido momentos cúspide que han puesto en el reflector a muchos actores políticos, pero lo cierto es que la base de todos esos momentos siempre ha sido la sociedad y su interacción con el país, nosotros somos los que estamos en constante cambio, no permitamos que nuestro de por sí viciado entorno nos mueva de los valores que en principio rigen nuestra vida en lo privado, para que en lo público podamos accionar haciendo la diferencia.
Así que ¡volvamos a lo básico! porque no somos ajenos al dolor que sufre nuestro país, pero si somos protagonistas y actores del presente que puede hacer la diferencia de nuestro México.
Lic. Talia Atenea Loaiza Chimal.
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